Portugal: “el Bloque de Izquierda lucha por la hegemonía de la izquierda”

Image removed.
[Original in English here] Por Dick Nichols August 18, 2016 — Traducido por Enrique García para Sin Permiso — Es difícil imaginar un contraste más fuerte que entre la 10ª Convención Nacional del Bloque de Izquierda portugués, que se celebró en Lisboa del 24 al 26 de junio, y su predecesora, que tuvo lugar en la misma ciudad hace 18 meses. En 2014, la 9ª Convención Nacional del Bloque - formado en 1999 para unir a varias corrientes de izquierda y atraer a la izquierda independiente - había dividido a la organización al 50%. La 9ª Convención estuvo dominada por una dura confrontación entre las dos plataformas principales. El debate giró entorno a la dirección del grupo, las tácticas hacia el Partido Socialista y la importancia relativa de la lucha por la reestructuración de la deuda frente a la defensa de la constitución progresista de 1975. Avances La 9ª Convención bordeó el desastre en relación con la composición de la dirección, que pudo ser evitado finamente gracias a una fórmula de compromiso adoptada por el Consejo Nacional entrante. Pero una vez superado este abismo, el Bloque de Izquierda fue de éxito en éxito: • En abril del año pasado, el Bloque volvió a entrar en el parlamento regional del paraíso fiscal y veraniego de la Isla de Madeira, con dos diputados; • En octubre pasado, el Bloque obtuvo su mejor resultado en una elección general portuguésa (10,2%, 19 escaños de los 230 de la Asamblea Nacional portuguesa). Su éxito se debió en gran parte a su decisión de apoyar un gobierno dirigido por el PS a condición de que aumentase la asistencia social y el salario mínimo, y frenase las privatizaciones. • Después de las elecciones, el Bloco, el Partido Comunista Portugués (PCP) y el Partido Ecologista-Verdes (PEV) negociaron por separado su apoyo a un gobierno minoritario del PS. El bloqueo de la formación del gobierno de la derecha propuesto por el entonces presidente Cavaco Silva dio paso a la formación del gobierno PS del primer ministro, Antonio Costa. • En enero, la candidata presidencial del Bloque de Izquierda, Marisa Matias, quedó en tercer lugar con el 10,1% de los votos después de estar por debajo del 5% en las encuestas iniciales. Su resultado fue el doble que el alcanzado por el último candidato a la presidencia del Bloque en 2006. Como resultado de estos avances, el Bloque de Izquierda llegó a su 10ª Convención Nacional con mucha confianza, con todos los principales indicadores mostrando su crecimiento. Desde 2014, sus miembros han aumentado de 9.240 a 11.734; las visitas diarias a sus sitios web entre el 16% y el 25%; y su presencia en las redes sociales se había incrementado hasta en un 78%. Estos avances reflejan el aumento del peso del Bloque de Izquierda en la política portuguesa, articulado con fuerza en los medios de comunicación por la coordinadora nacional Catarina Martins. Sin la iniciativa del Bloque hacia el PS, los partidos de la derecha - el Partido Socialdemócrata (PSD) y el Demócrata y el Partido Social Centro-Pueblos (CDS-PP) - probablemente habría continuado en el gobierno con la abstención del PS. Además, la existencia de una mayoría parlamentaria opuesta a la austeridad impulsada por la Unión Europea envía un fuerte mensaje al gobierno de Costa de que no debe vacilar frente a "Bruselas". Las ventajas de tal osadía fueron reconfirmadas el 27 de julio, cuando la Comisión Europea anunció que no iba a multar a Portugal o España por no alcanzar los objetivos de reducción del déficit decretadas por la UE. El hecho de que Catarina Martins hubiera dicho previamente a la convención del Bloque de Izquierda que dicha multa sería una "declaración de guerra" y que debería ir acompañada de la convocatoria de un referéndum "para tomar una posición contra la extorsión" puede muy bien haber contribuido a que la Comisión Europea decidiera ser agradable sólo por esta vez. Martins dijo: "La UE no va a seguir pisoteándonos. En el próximo Consejo europeo, el gobierno portugués debe tener una prioridad: rechazar las sanciones con las que la Comisión Europea amenaza a Portugal". No es de extrañar, por tanto, que el tono de los principales y cínicos comentaristas políticos hacia el Bloque de Izquierda sea ahora de este tenor (de un comentario de 28 junio en Público de João Miguel Tavares): “Uno de los resultados dolorosos de que el Bloque de Izquierda forme parte de la solución gubernamental inventada por Antonio Costa es vernos obligados a tomar en serio lo Catarina Martins propone. Anteriormente, si el Bloque hubiera amenazado con un referéndum sobre la permanencia de Portugal en la Unión Europea, el comentario más largo habría sido ... 'huh'. Ahora estamos tristemente condenados a tener que articular palabras”. Esta superioridad burlona de Tavares no es compartida en general. Un sondeo de julio de la empresa portuguesa Aximage refleja que la mayoría parlamentaria PS-PCP-PEV-Bloque de Izquierda que apoya a Costa (conocida coloquialmente en Portugal como "el artefacto") cuenta con el apoyo del 55,8% de los encuestados, frente a 35,4% para los partidos de la derecha. Una encuesta de junio de Eurosondagem recogía un apoyo a la gestión del gobierno Costa del 68,8% -como muy buena (10,6%), buena (22,7%) o razonable (35,5%). Costa es el político más popular de Portugal y Martins la segunda. La plataforma mayoritaria Tal era el ambiente cuando los 639 delegados se reunieron para decidir los próximos pasos del Bloque. Esta vez, el debate se centró en torno a tres resoluciones en lugar de las cinco de la convención anterior. La resolución de la mayoría (A) había ganado el apoyo del 82% en las elecciones de delegados. Las dos resoluciones minoritarios (R y B) habían ganado un 9,4% y 5,2%, respectivamente, con el voto restante apoyando a plataformas locales. El apoyo abrumador a la resolución de la mayoría, apoyado conjuntamente por las dos tendencias que habían estado en desacuerdo en 2014, se debió en parte a los avances de los últimos 18 meses. Pero también a la perspectiva ambiciosa adoptada por la organización: ganar hegemonía dentro de toda la izquierda. El diputado Jorge Costa, que resumió las perspectivas de la resolución de A al final del debate de la Convención, declaro a Público el 25 de junio: "Estamos trabajando para que nuestra contribución en esta mayoría gubernamental gane mayor peso ... El Bloque realmente quiere competir por una mayoría en la izquierda. Y convertirse en el polo de referencia de la mayoría de izquierdas ... "En ninguna parte está escrito que en Portugal el PS siempre será la fuerza principal de la izquierda ... En el futuro, acuerdo de izquierdas podría desarrollarse sobre otras bases y con una relación de fuerzas políticas completamente diferente". No obstante, en la situación actual, el Bloque no puede en práctica implementar muchas de sus políticas. Como dijo Catarina Martins en su discurso de apertura: "Hemos determinado el gobierno, pero no tenemos la fuerza suficiente para entrar en el gobierno. "Si el Bloque fuera más fuerte, Banif no hubiera sido entregado al Santander. Si el Bloque hubiera sido más fuerte, el gobernador del Banco [central] de Portugal no seguiría asustando al país día tras día con las amenazas de un colapso bancario. Si el Bloque hubiera sido más fuerte, Portugal no habría firmado con Turquía el vergonzoso acuerdo antihumanitario [de refugiados], que es lo contrario de lo que Europa debería estar haciendo". Otras áreas de "acuerdo de no estar de acuerdo" del Bloque con el PS incluyen: la reestructuración unilateral de la deuda (la posición del gobierno sobre la deuda pública portuguesa se limita al apoyo a el llamamiento del gobierno griego para una conferencia de la deuda europea); la introducción de la semana de 35 horas en el sector privado (que se negocia entre los "actores sociales", según el ministro de Planificación e Infraestructura, Pedro Marques en Expresso, 25 de junio); y la reversión de la privatización de la aerolínea estatal TAP (decidida por el anterior gobierno conservador y aceptada por el PS). Cambiar el equilibrio de fuerzas Para la resolución A, se necesitan dos procesos para crear un equilibrio de fuerzas para superar las deficiencias del gobierno del PS: la reactivación de la lucha de masas, especialmente contra las políticas impuestas por las instituciones europeas, y una "extensión de la intervención social del propio Bloque de Izquierda". La resolución afirma: "El acuerdo [con el PS] para detener el empobrecimiento ha sido y es fundamental para la protección de la población, pero no es suficiente para responder adecuadamente en áreas como el empleo, la justicia social y el desarrollo económico. "Sin una nueva estrategia para el país no será posible derrotar a la austeridad y mantener el compromiso con la recuperación de los ingresos en el que se basa la mayoría parlamentaria". En la presentación de la resolución a la convención, el portavoz parlamentario Pedro Filipe Soares dijo que solo es posible un mayor avance a través de "la consolidación de una mayoría social de izquierdas en el país". La resolución ha presentado tres enfoques estratégicos para derrotar a la austeridad: "1) El control del sector financiero y la lucha contra la corrupción y la delincuencia económica a fin de proteger los recursos del Estado y garantizar la justicia fiscal; 2) La inversión en la descarbonización de la economía, la soberanía alimentaria y la cohesión territorial regional con el fin de crear puestos de trabajo y luchar contra el déficit comercial; y 3) La reactivación de los derechos de los trabajadores y la lucha contra la precariedad laboral con el fin de garantizar la redistribución de la riqueza y la justicia social". Para la resolución A, los retos inmediatos del Bloque fueron las elecciones regionales de este año y las elecciones locales del próximo año - en las que tradicionalmente obtiene peores resultados que en las elecciones generales. Para dejar su huella en estos niveles de gestión "el Bloque tiene mucho trabajo por delante para crear un sistema de organización que esté a la altura de nuestras responsabilidades". "Es una cuestión de urgencia contar con la organización que pueda desarrollar la acción política y social que el Bloque necesita para dirigir o estimular como su contribución decisiva a la profundización del cambio en el país". Parte de ese fortalecimiento de la acción social consistiría en aumentar la cooperación entre las organizaciones de la izquierda. Según la Resolución A "el Bloque de Izquierda valora la contribución que el PCP ha hecho a una política de recuperación de los ingresos, los derechos democráticos y los servicios públicos y se prepara para buscar nuevas formas de diálogo y cooperación con el PCP con el fin de resolver los problemas que afectan a los trabajadores. El Bloque mantiene esta actitud constructiva, a pesar de la aparición de expresiones episódicas de sectarismo. El diálogo en las izquierdas es un elemento importante en la promoción de la movilización social". Las plataformas minoritarias La Resolución R era una continuación de una plataforma de la convención anterior, y en noviembre sus partidarios han votado en contra del acuerdo del Bloque con el PS. Su argumento, como se indica en una contribución discutida previamente a la conferencia, fue que "consideramos que, cara al futuro, el Bloque necesita preservar su autonomía dada la naturaleza inadecuada del acuerdo como garantía de una política para hacer frente a los retos de la deuda, del Pacto fiscal (de la UE) y del chantaje permanente de las instituciones europeas". La Resolución R hizo hincapié en que el gobierno del PS seguía siendo "lo mismo de siempre, a pesar de haber hecho lo que nunca ha hecho antes". Y afirma: " Coherentemente social-liberal, pero bajo la presión de una correlación de fuerzas que surgió de las últimas elecciones generales, [el PS] tuvo éxito en rentabilizar el "alivio" momentáneo de la crisis financiera para posponer, de momento, algunas de las políticas más onerosos del reino de la Troika y la derecha". Sin embargo, dado que el PS sigue siendo un fiel servidor del capital europeo, el Bloque "Aprendiendo de las lecciones de la trituración de la posibilidad de una alternativa política en Grecia, no dejará de elegir el campo de los derechos sociales, desobedeciendo las instituciones europeas, confrontando al capitalismo financiero y saliendo del euro, si es necesario". La Resolución R expresa la desconfianza sobre la capacidad de los líderes del Bloque para resistir la presión a la zaga del gobierno Costa. También criticó la centralización supuestamente excesiva de poder en la dirección del Bloque y la supuesta toma de decisiones a través de acuerdos entre sus principales corrientes y una pasividad creciente de miembros. La solución propuesta por la resolución R era "una democracia horizontal de alta intensidad en su toma de decisiones y la existencia de múltiples actores que encarnen nuestro proyecto social. La mejor manera de construir el Bloque dentro y fuera es la organización colectiva a todos los niveles, desde la base hasta la dirección". Por su parte, la Resolución B se centró en los cambios organizativos imprescindibles para lograr una mayor influencia social. Si bien no niega los puntos de vista políticos básicos expresados en la Resolución A, sus propuestas incluyen 10 medidas inmediatas para fortalecer la presencia del Bloque "en el terreno". Estas incluyen redirigir el grupo de permanentes de la organización al fortalecimiento de las agrupaciones y estructuras regionales, la creación de comités de coordinación regional, el desarrollo de un plan de expansión de sedes, la reforma de la página web del Bloque y la creación de una escuela de formación política. La Plataforma B también comparte algunas de las críticas del centralismo supuestamente excesivo del Bloque de la plataforma R. En las votaciones finales de las plataformas, así como para el nuevo Consejo Nacional de 80 miembros, las proporciones del apoyo de las tres plataformas prácticamente no se modificaron. Las Plataformas B y R ganaron un escaño más en el Consejo Nacional de lo que podría haberse esperado (7 y 9, respectivamente, y 64 para la Plataforma A). La perspectiva europea En su discurso de bienvenida a la Convención, Catarina Martins, que posteriormente fue reelegida como coordinadora nacional del partido, había esbozado la perspectiva del Bloque para Portugal y Europa, especialmente importante tras el Brexit de la UE del día anterior. "Sabíamos - y hemos dicho - que esta Unión Europea no nos sirve", dijo Martins. "Que es un espacio no de la solidaridad entre los estados, sino de la dominación de la periferia por el centro. Que la cuestión no es si podemos avalar democráticamente las decisiones europeas, sino que el diseño institucional de la UE esta basado en el vaciamiento de la democracia dondequiera que cuente con apoyo y vitalidad. Pero nunca hemos dejamos de afirmar - ni lo haremos nunca - que el espacio europeo es un espacio para la lucha de la izquierda. Nos encontramos con personas, movimientos, partidos que son nuestra gente, y es con estas fuerzas que queremos conquistar el poder en Bruselas y Berlín". En su discurso de clausura, Martins dijo que el Bloque de Izquierda propondría acoger una Asamblea Europea de Alternativas en Lisboa dentro de un año. Pero ¿y la posibilidad de un referéndum portugués sobre la permanencia en la UE? ¿Lo haría el Bloque después del Brexit? La coordinadora nacional del Bloque afirmó en la sesión de clausura de la Convención: "Sé que nos preguntamos si queremos ese referéndum ahora. Así que vamos a dar una respuesta clara. Nunca esconderemos en un cajón un derecho democrático. El día del referéndum llegará". Sin embargo, "siete meses después de haber alcanzado el acuerdo para el gobierno, hoy, mañana y en los días por venir, queremos seguir poniendo la casa en orden" - la continuación de la lucha por la inversión pública y un aumento del gasto social para ayudar a los más pobres y más marginados de Portugal. La convención aprobó rotundamente esta perspectiva: continuar luchando para revertir la austeridad en Portugal como parte integrante de un cambio en toda Europa. Y las acciones del Bloque de Izquierda, navegando en esta agua turbulentas, continuarán estando llenas de lecciones para toda la izquierda europea. Dick Nichols es corresponsal europeo del semanario australiano Green Left Weekly, con sede en Barcelona.